martes, 6 de junio de 2017

Diario de un poeta

Sobre textos de Diario de un poeta reciencasado, de Juan Ramón Jiménez



LXXI

FELICIDAD

¿Subterráneo? ¿Taxi? ¿Elevado? ¿Tranvía? 
¿Ómnibus? ¿Carretela? ¿Golondrina?
 ¿Aeroplano? ¿Vapor?... 
No. Esta tarde hemos pasado
 New York ¡por nada! en rosa nube lenta.







XLIV

¡NO!

El mar dice un momento que sí, pasando yo.
Y al punto, que no, cien veces, mil veces, hasta el más lúgubre infinito.
No ¡no! ¡¡no!! ¡¡¡no!!!, cada vez más fuerte, con la noche...
Se van uniendo las negaciones suyas, como olas,
-¡no, no, no, no, no, no, no, no, no, no!- 
y, pasado todo él, allá hacia el este, 
es un inmenso, negro, duro, y frío ¡no!






CXXX

"ME SIENTO AZUL"

¡Qué gusto poderlo decir sin que a nadie le extrañe, aunque le fastidie! Azul, sí... (...) ¡Qué gusto! "Me siento azul" (...) No, no hay que matar la pasión de ánimo, mala o buena que sea. Hay que dejarla libre, hasta que ella quiera ¡que ya querrá!, como yo me dejo hoy, azul, estar y nombrarme azul en esta New York verde, con agua y flores de mayo.






CCIV

ORILLAS NOCTURNAS

Un campo muy bajo, casi sin campo, terroso, gris, seco. Un cielo muy alto, cielo sólo, blanco. Un gran olor a heno, áspero abajo, purísimo arriba. ¿Se van a separar la tierra y el cielo?... Grillos y estrellas, enredados, atan el paisaje.