una sábana que yo había usado en mi juventud y
que estaba bordada con mi nombre.
Lo hizo sin pensar que, entre los hilos de la
trama de ese pedazo de tela se escondían los
recuerdos de aquel tiempo, tan lejano y tan corto,
del amor:
La primavera
La humedad del río
Los puentes
La ventana...
La noche
Ahora ella se ha ido
Se la llevó el frío,
el invierno,
la oscuridad,
estando la luna grande,
fantasmal en cuarto menguante.
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